domingo, 9 de octubre de 2011

Rupturas institucionales en nuestro país. El Golpe de Terra


Presidencia de Gabriel Terra (1931 - 1933)   
Un golpe de Estado viola la legalidad existente. Por ejemplo, si hay un gobierno que se eligió de acuerdo a la Constitución y un grupo de civiles o militares derroca a ese gobierno se dice que hubo un Golpe de Estado.
Ese grupo que toma el poder por la fuerza se instala imponiendo nuevas reglas y normas. En la práctica los golpistas cuentan con la suficiente ayuda militar o policial para llevar a cabo su cometido.
Una de las primeras acciones que ejecutan es cerrar el Parlamento, es decir impedir que se reúnan los legisladores (diputados y senadores) electos por el pueblo.
Al comenzar la década del 30 Uruguay vivía una situación económica problemática, derivada de la crisis mundial.
Fue en ese período, en el año 1933, que se produjo un quiebre de las instituciones democráticas, que se habían mantenido durante varias décadas.
En esa época el Poder Ejecutivo (de acuerdo con la Constitución de 1917) estaba compuesto por el Presidente, el Consejo Nacional de Administración (CNA) y los Ministros. Cada decisión tomada por el presidente era producto de la consulta y la discusión con el Consejo.
El presidente de la nación era Gabriel Terra, un político de amplia experiencia que había ocupado cargos de gobierno en las anteriores presidencias del Partido Colorado.
Dentro de éste había dos tendencias: la de quienes continuaban las ideas de José Batile y Ordóñez y la de quienes estaban en desacuerdo con muchas de ellas.
Un tema que centraba las discusiones era si el Poder Ejecutivo debía estar en manos de un colegiado -como quería Batlle- o concentrado en una persona.
Al asumir la presidencia Gabriel Terra tuvo una actuación independiente de su partido, oponiéndose a otros políticos colorados muy influyentes.
Como la mayoría de los integrantes del Consejo de Administración era batilista, era muy difícil lograr acuerdos cuando la situación de crisis demandaba soluciones rápidas. La respuesta de Terra fue eliminar el Consejo y cambiar la Constitución.
En esta postura recibió el apoyo de hacendados y grandes comerciantes, así como de una fracción del Partido Nacional y los sectores no batllistas del Partido Colorado.


El golpe de Estado (1933)
En los últimos días de marzo de 1933 Terra trasladó su despacho al Cuartel de Bomberos y el 31 de marzo disolvió el Poder Legislativo y el Consejo Nacional de Administración, con el apoyo directo de los propios bomberos y de la policía; el ejército no intervino directamente pero tampoco se opuso.
Personas contrarias al golpe fueron detenidas y otras se refugiaron en embajadas pidiendo asilo político. El caso extremo de protesta fue el del ex presidente batilista Baltasar Brum que se suicidó en la puerta de su casa.
La postura del pueblo en general no fue de extrema oposición, la Universidad declaró una huelga que tuvo escasa repercusión y el movimiento obrero no se encontraba lo suficientemente organizado como para presentar una fuerte protesta. Tal vez no hubiese todavía una cultura cívica tan plena como para lograr una real oposición o bien la atención de la gente estaba puesta en la crisis económica.
El nuevo gobierno trató de concretar el cambio constitucional, para ello formó una Convención Constituyente que elaboró un texto que se aprobó en 1934. En el mismo se eliminó el Consejo Nacional de Administración y el Poder Ejecutivo quedó compuesto por el presidente y el Consejo de Ministros.
En ese texto constitucional se estableció el voto femenino.


Segunda presidencia de Terra (1934-1938)
Una vez aprobada la Constitución de 1934 Terra siguió en su cargo hasta 1938.
En este período Uruguay, de igual modo que otros países de América Latina, desarrolló una industria propia ante la crisis económica de los grandes países industrializados (EEUU y Europa). Había que sustituir las importaciones del exterior por la producción propia para evitar la salida de dinero al extranjero.
Hubo un importante crecimiento de la industria en los siguientes sectores: caucho, metalúrgica y refinación de petróleo, por lo tanto creció el número de obreros que trabajaban en fábricas uruguayas: en 1930 había 54 mil, mientras que en 1937 habían 66 mil.
En cambio, la producción agraria se estancada: hacia 1930 había menos ganado que a comienzos de siglo debido a la escasa inversión en el mejoramiento de las tierras, a lo que se sumaba el descenso internacional de los precios de las materias primas.
El Estado recurrió a las obras públicas para dar trabajo a los desocupados; la más importante de las realizadas en esta época fue la construcción de la represa hidráulica de Rincón del Bonete.
También el gobierno de Terra recurrió a emplear personas para que trabajaran en la administración pública; de este modo ingresaron más de 70 mil funcionarios públicos entre 1932 y 1937.

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